viernes, 8 de octubre de 2010

RASTREO DE INFORMACION: Solución o Mas Cultura del Miedo?

de Aris Rodriguez Mariota, el El jueves, 03 de junio de 2010 a las 23:30

Casi desapercibida ha pasado la aprobación por parte del ejecutivo del proyecto de Ley que busca legalizar el espionaje y registro de llamadas telefónicas y flujo de correos electrónicos con la excusa de rastrear los movimientos sospechosos de carácter criminal. Según palabras del proponente, José Abel Almengor (coincidencialmente vinculado a anomalías en el caso David Murcia) dicho proyecto no busca la violación de la privacidad de los usuarios sino la detectción de delitos de "alto perfíl".

Almengor afirma que "quien no la debe no la teme", excusa sin fundamento lógico para los que vivimos en una democracia en donde no todos pensamos ni actuamos igual. Para el jurista Miguel Antonio Bernal ell proyecto viola Garantías Fundamentales de carácter nacional e internacional en materia de Derechos Humanos incluso desde la concepción propia del proyecto que carece de la prescencia y del aval de especialistas en Derechos Humanos. Tal y como cita el jurista, la medida solo tiene cabida en gobiernos dictatoriales e incluso, su aplicación en paises de primer mundo esta condicionado a los estrictos controles judiciales evitando viciar los delicados procesos criminales, aún mas despues del 11-S. Panamá obviamete carece de controles eficaces en material judicial y la mora en los procesos son la tónica común en la aplicación de justicia.

Para los que seguimos de cerca el comportamiento de este gobierno mediático esta medida es una muestra más para el afianzamiento de la cultura de miedo instaurada en Panamá como mecanismo represivo a la libertad de expresión para los pocos espacios donde la crítica aún tiene cabida. Dicho de otra manera, quien se atreva a intercambiar información de carácter político, legal, económico e incluso personal de alta confidencialidad pierde toda garantia de privacidad desde el momento de aplicada la ley, y aunque el fundamento legal exiga la aprobación previa de la Corte Suprema de Justicia para llevar a cabo el procedimiento, resulta inevitable pensar que si los mecanismos de espionaje operan ningún tipo de control ténico cualquiera persona pierde toda garantia de privacidad en el manejo de información.

Resulta irrisorio intentar confiar en un proyecto que cuenta con el pleno aval del dominio mediático, donde poco a poco se suprimen las opiniones adversas al gobierno, y en donde las cortinas de humo estan a la orden para la persuacion de las masas.


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